Hace ya un rato que el Sol se puso. La noche está en su apogeo. La Luna llena ilumina el firmamento con una tenue luz; esa tenue luz es suficiente para tapar miles de estrellas a su alrededor.
Una colina, alejada del mundanal ruido de la Capital del oeste. Allí sólo se escuchan grillos, chicharras y algún que otro búho. Desde lo alto de la colina, se ve el cielo de miles de Km. a la redonda y las luces anaranjadas de la ciudad. En lo alto de la colina, bajo un pino, apoyado en su tronco, con una pierna estirada, un hombre mira al cielo. A las estrellas.
Seguramente su planeta visto desde la Tierra era una estrella. Un punto luminoso más en el oscuro cielo nocturno. Ahora que su planeta está destruido, él está solo. Aquí, en la Tierra, el se siente solo. "Pero si tiene una familia, ¿Cómo va a estar solo?" podréis pensar. Sí, es cierto, tiene una familia a la que quiere mucho y por la que haría cualquier cosa, incluso morir si fuera falta. No es en ese sentido. Se siente solo, como un extraño entre los humanos, en este planeta de locos en donde las cosas son tan complicadas a veces.
No es agradable ser el último de tu raza. podréis decir "Pero Goku también es un Saiyajin" Y no os falta razón, pero Kakarot es sólo en Saiya a medias. Lo es en su sangre y en su apariencia, pero no en su mente. Él es más humano que Saiyajin. El golpe en la cabeza que recibió cuando era pequeño le arrancó su herencia.
Por eso es el último de su raza. Y no es un individuo cualquiera. La Sangre Real corre por sus venas. Él es el Pr�ncipe de los Saiyajins, y está condenado a pasar el resto de sus días en la Tierra, un planeta de incoherentes e incomprensibles criaturas, a las que parece gustarles meterse en problemas.
Las costumbres de su raza, la historia, todo eso está en su memoria (al menos todo lo que le dio tiempo a aprender antes de que Freezer destruyera su planeta), pero nadie más lo sabe. Cuando él muera, todo se habrá perdido.
Humanos.... tan distintos a él... pero también algo parecidos. Con el paso del tiempo, a adquirido algunas de nuestras costumbres (otras se las ha impuesto Bulma) y está empezando a pensar como nosotros.... No es algo que le agrade en absoluto. Bueno, al menos no en parte. Considera ridículas nuestras costumbres, el piensa que las suyas son más apropiadas, pero encuentra bastante aceptables algunos de nuestros sentimientos. Los encuentra aceptables ahora. Antes pensaba que todos eran inservibles, una estupidez.
También creía que dejándote llevar por tus emociones nunca podrías llegar a ser un hombre fuerte, el más poderoso. Esto fue desmentido dos veces. La primera, en Nameksei, cuando Kakarot se convirtió en el Super Saiyajin Legendario. El no podía entender cómo siendo alguien tan blando y que se preocupaba tanto por sus amigos pudiera llegar a ser más fuerte que él, incluso llegar a ser el Saiyajin de la leyenda. Esto lo acabó entendiendo cuando llegó su hijo Trunks del futuro. El chico era fuerte, más que él, incluso. Sus actos estaban guiados por sus emociones pero siempre, a pesar de esas emociones, había luchado contra sus enemigos y siempre lo había hecho bien.
Cruza los brazos y mira a la Luna llena.
La Luna llena. Tan bella y tan luminosa... Es realmente un espectáculo digno de ser contemplado. Él lo ha hecho muchas veces, pero no como ahora. Antes, cuando miraba a la Luna llena, era para convertirse en una gigantesca máquina de matar, en un Ozharu, una de las características de su gente. Ahora, ya no puede hacerlo. No tiene cola. La perdió en un combate contra Kakarot. No le volverá a crecer. Es algo, parte de su raza que ya no tiene. Después de perder la cola, su vida comenzó a cambiar. Primero, rebelándose contra su jefe, Freezer, después quedándose en la Tierra y teniendo un hijo. Antes tenía algo por qué luchar, ten�a metas en la vida. Ahora, todo por lo que habîa luchado parecîa desmoronarse en cuestión de segundos. Aquellas escenas que pasaban por su mente eran los recuerdos de su vida pasada, de su vida de guerrero destructor al que todos temîan y respetaban. Aquellas escenas eran como una pelîcula que reflejaba lo que había vivido, y la Luna era su proyector. Suspira y deja de mirar a la Luna. Ahora mira a las luces de la ciudad. Las luces de los aerocoches se mezclan con las luces de las farolas. Las luces de las casas están encendidas y se ven por las ventanas que dan a la calle. En su planeta, y en todos los sitios donde él había vivido anteriormente, las casas no eran as�, sobre todo porque no había casas como tal. Eran siempre grandes edificios, donde todos los que estaban en la base vivían juntos, y donde en la parte exterior aterrizaban naves.
Es muy extraña la Tierra, con todos sus Hombres y sus tontos problemas.
Para él, la Tierra es extraña, pero él también es un extraño en la Tierra. Quizás sea por eso por lo que los dos se llevan bien. Los dos se respetan mutuamente y por eso no tienen ningún problema el uno con el otro. Sí, quizás la Tierra no sea su planeta, y ni siquiera se parezca a éste, quizás sólo quede el de su poderosa raza, pero eso ahora no le importa tanto, porque él ya no es el que era. Ya no es el sanguinario Príncipe de antaño, ya no mata por placer, ya ni siquiera lo hace. Ahora es un hombre casado, con una mujer hermosa y un hijo que le recuerda mucho a él cuando ten�a su edad. Es por eso por lo que ahora lucha. Por ellos dos y por el nuevo planeta en el que vive. Ahora tiene cosas que hacer, metas que alcanzar. Alguna, quizás muy difícil, casi imposible, como es superara a Kakarot, otra, algo más fácil, es sobre algo que él y Bulma han estado pensando. Otro hijo. Sonríe. Otro hijo a quien ver crecer, al que enseñar, al que educar. Esta es también difícil, pero a él le gustan los grandes retos. Ésta vez intentará hacerlo él también, y no dejarle todo el trabajo a Bulma como hizo con Trunks, aunque, como el chico aun es peque�o, todav�a tiene tiempo de corregir su error.
Se levanta, aun sonriendo. Es agradable el saber que hay alguien en el mundo que te necesita. Y el sabe que hay alguien que le necesita a él, y ese es su hijo Trunks. Es hora de que esté con él más tiempo.
Ésta era una de esas noches en las que todo se te presenta oscuro, y entonces necesitas encontrarte a ti mismo y hallar ciertas respuestas en tu interior para hallar un foco de luz en esa oscuridad. Él ha hallado sus respuestas y ahora est� satisfecho con ellas. Por ahora. Es seguro que habrá más noches como éstas, pero siempre hay algún sitio en el que buscar ese foco de luz que le saque de la oscuridad. Con éste último pensamiento, salió volando hacia su casa, donde Bulma le estaría esperando preocupada, ya que se ha marchado sin decirla nada. Ésta noche está dispuesto a comentarle algunas cosas acerca de "eso" que tienen que hacer los dos juntos, para ver si puede conseguir que sea hecho esa misma noche....
Mail Nyaar
Back to the Spanish Fanfic Page
Return to the Fanfic Archive